Ejercicio Democrático
12 de Noviembre del 2018
Luis Fernando Flores José Ignacio Peralta Sánchez acudió al Congreso del Estado preparado; sabía los temas más importantes que se le iban a plantear pues son públicos y los mismos diputados habían adelantado que las iban a hacer. Hasta ahí nada sorprendente. Lo que sucedió previo a la comparecencia al Poder Legislativo no tiene nada que ver con la actuación del gobernador de Colima. Fue, a invitación de los legisladores, a rendir cuenta sobre la administración pública; no pasó un solo tema inadvertido que no mereciera la respuesta frontal y precisa. El avión, tema sonado en la opinión pública, es fácil de responder: no lo tiene. Se vendió en una subasta pública y desde entonces acude a hacer gestiones a la CDMX en taxis aéreos y vuelos privados; en ese tiempo se ha ahorrado 13 millones de pesos anuales que sólo se iban en el mantenimiento de la aeronave. Sobre las finanzas públicas, expuso que implementó un plan agresivo de austeridad entre los funcionarios de gobierno y un uso eficiente y eficaz de los recursos públicos ha dado como resultado unas finanzas sanas; se ha pagado a la Universidad de Colima, a los adultos mayores, las becas de titulación, se ha equipado a las policías, etcétera. Se paga la quincena a tiempo y no faltan recursos para los temas más importantes; se solicitan créditos a corto plazo porque se tiene la capacidad de pagarla antes de un año, para continuar con la operatividad del gobierno del Estado. Ignacio Peralta iba preparado; estaba al tanto de que podría recibir algún cuestionamiento fuerte. O muchos, tal vez. La realidad, sin embargo, fue distinta a lo que muchos esperaban: no sólo dio respuesta a cada uno de los señalamientos que se le hicieron, sino que supo calcular los tiempos para que no se le fuera un solo tema sin tratar, como si le sucedió a algunos diputados que no pudieron aprovechar la oportunidad histórica de relanzar sus acusaciones. Respetuoso de los tiempos marcados por la Comisión de Gobierno Interno del Congreso del Estado, Peralta Sánchez nunca se extralimitó; por el contrario, cuando se le terminaban sus minutos, de inmediato guardaba sus hojas y dejaba que el presidente de la Mesa Directiva le diera el uso de la voz al siguiente tribuno para que participara. La comparecencia, en sí misma, fue un ejercicio democrático que fue favorable al gobernador del Estado, pero eso ya no le corresponde a él sino al formato que los propios diputados realizaron, además del manejo que hizo de sus tiempos y de la información que tenía sobre los temas que se trataron. La preparación, pues, al final de cuentas sí pesó mucho; el mismo público asistente se dio cuenta y por eso los aplausos y felicitaciones para José Ignacio Peralta durante y después. Quedó claro, además, que el mandatario estatal no rehúye los encuentros con la Legislatura ni pretende ocultar información de ningún tipo; en la comparecencia se pudo hablar de todo y no hubo limitaciones para nadie. Ahí quedó en evidencia que el gobernador, contrario a lo que algunos creen, sí está bien informado de lo que sucede en la entidad y, sobre todo, se ocupa de resolver los problemas más sentidos de la sociedad.