Socializando Datos
Balvanero Balderrama García
balvanero@gmail.com / @Balvanero.B
Está en el debate, pero no de todas las personas, no en todos los medios.
Siguen proponiendo agenda los medios hegemónicos. Pero, en otros espacios, académicos, de pares, plurales, incluyentes, de diálogo con sus audiencias, se dirime, se explica, se reflexiona.
Algo que sucede a miles de kilómetros al sur, impacta en el imaginario de lo público y recorre la América Latina como un presagio, como una ola que se ha generado en el Norte Global y la recibe de regreso con beneplácito y los brazos abiertos.
En Argentina, los medios públicos están ante la amenaza (posible) de la privatización; el Consenso de Washington aplicado, la visión mercantilista de los medios de comunicación.
¿Por qué los medios públicos son necesarios? Habría que hacer la precisión que medios públicos no se debe leer como oficialistas, plegados a los postulados de quienes se vayan rotando en el poder.
Los medios públicos posibilitan otras voces, otros contenidos, reflejan la pluralidad que enriquece a los pueblos, las naciones. Son esos medios comunitarios, indígenas, universitarios, amplificadores naturales de los rasgos identitarios, de las necesidades de los diferentes grupos etarios, de grupos vulnerados, grupos minoritarios -en el cual se incluye a las mujeres, paradójicamente, siendo mayoría-.
Extender, diversificar y redimensionar el espacio común también es una función asumida por los medios públicos. Lo que importa a pocos no es menos importante que lo que importa a muchos.
En el fundamento está el derecho humano a la comunicación, los derechos de las audiencias; más allá, insisto, de lo que genera ganancias económicas -fines de lucro-. Al privatizarse los medios de comunicación, lo que responderá a la dinámica comunicacional será, como es, aquello que impacte en el rating, excluyendo a la pluralidad, los grupos vulnerados, los grupos minoritarios, temas culturales, identitarios, porque “no venden”, importa el impacto no el contenido. Esto propicia, desafortunadamente, desigualdades sociales.
Es el Estado renunciando a responsabilidades, auspiciando intereses y no garantizando derechos.
Muchas voces latinoamericanas se han pronunciado, en lo personal y colectivo, en desacuerdo con la privatización de los medios en Argentina, que es, también por supuesto, un levantar la voz por los
propios medios públicos. A nivel latinoamericano, por ejemplo, la Organización Interamericana de Defensoras y Defensores de las Audiencias (OID) publicó un desplegado, del cual hizo eco la Asociación Mexicana de Defensorías de las Audiencias (AMDA) en nuestro país.
Solo un dato para México, en una búsqueda rápida en INEGI (DENUE,2019) hay 1,433 instituciones con el código de actividad “transmisión de programas de radio” (515110); de éstas, 28 son federales, estatales o municipales. Ahí tiene una dimensión del alcance de unas y de otras.
"> Socializando DatosBalvanero Balderrama García
balvanero@gmail.com / @Balvanero.B
Está en el debate, pero no de todas las personas, no en todos los medios.
Siguen proponiendo agenda los medios hegemónicos. Pero, en otros espacios, académicos, de pares, plurales, incluyentes, de diálogo con sus audiencias, se dirime, se explica, se reflexiona.
Algo que sucede a miles de kilómetros al sur, impacta en el imaginario de lo público y recorre la América Latina como un presagio, como una ola que se ha generado en el Norte Global y la recibe de regreso con beneplácito y los brazos abiertos.
En Argentina, los medios públicos están ante la amenaza (posible) de la privatización; el Consenso de Washington aplicado, la visión mercantilista de los medios de comunicación.
¿Por qué los medios públicos son necesarios? Habría que hacer la precisión que medios públicos no se debe leer como oficialistas, plegados a los postulados de quienes se vayan rotando en el poder.
Los medios públicos posibilitan otras voces, otros contenidos, reflejan la pluralidad que enriquece a los pueblos, las naciones. Son esos medios comunitarios, indígenas, universitarios, amplificadores naturales de los rasgos identitarios, de las necesidades de los diferentes grupos etarios, de grupos vulnerados, grupos minoritarios -en el cual se incluye a las mujeres, paradójicamente, siendo mayoría-.
Extender, diversificar y redimensionar el espacio común también es una función asumida por los medios públicos. Lo que importa a pocos no es menos importante que lo que importa a muchos.
En el fundamento está el derecho humano a la comunicación, los derechos de las audiencias; más allá, insisto, de lo que genera ganancias económicas -fines de lucro-. Al privatizarse los medios de comunicación, lo que responderá a la dinámica comunicacional será, como es, aquello que impacte en el rating, excluyendo a la pluralidad, los grupos vulnerados, los grupos minoritarios, temas culturales, identitarios, porque “no venden”, importa el impacto no el contenido. Esto propicia, desafortunadamente, desigualdades sociales.
Es el Estado renunciando a responsabilidades, auspiciando intereses y no garantizando derechos.
Muchas voces latinoamericanas se han pronunciado, en lo personal y colectivo, en desacuerdo con la privatización de los medios en Argentina, que es, también por supuesto, un levantar la voz por los
propios medios públicos. A nivel latinoamericano, por ejemplo, la Organización Interamericana de Defensoras y Defensores de las Audiencias (OID) publicó un desplegado, del cual hizo eco la Asociación Mexicana de Defensorías de las Audiencias (AMDA) en nuestro país.
Solo un dato para México, en una búsqueda rápida en INEGI (DENUE,2019) hay 1,433 instituciones con el código de actividad “transmisión de programas de radio” (515110); de éstas, 28 son federales, estatales o municipales. Ahí tiene una dimensión del alcance de unas y de otras.
" />Los medios públicos
06 de Diciembre del 2023
Socializando Datos
Balvanero Balderrama García
balvanero@gmail.com / @Balvanero.B
Está en el debate, pero no de todas las personas, no en todos los medios.
Siguen proponiendo agenda los medios hegemónicos. Pero, en otros espacios, académicos, de pares, plurales, incluyentes, de diálogo con sus audiencias, se dirime, se explica, se reflexiona.
Algo que sucede a miles de kilómetros al sur, impacta en el imaginario de lo público y recorre la América Latina como un presagio, como una ola que se ha generado en el Norte Global y la recibe de regreso con beneplácito y los brazos abiertos.
En Argentina, los medios públicos están ante la amenaza (posible) de la privatización; el Consenso de Washington aplicado, la visión mercantilista de los medios de comunicación.
¿Por qué los medios públicos son necesarios? Habría que hacer la precisión que medios públicos no se debe leer como oficialistas, plegados a los postulados de quienes se vayan rotando en el poder.
Los medios públicos posibilitan otras voces, otros contenidos, reflejan la pluralidad que enriquece a los pueblos, las naciones. Son esos medios comunitarios, indígenas, universitarios, amplificadores naturales de los rasgos identitarios, de las necesidades de los diferentes grupos etarios, de grupos vulnerados, grupos minoritarios -en el cual se incluye a las mujeres, paradójicamente, siendo mayoría-.
Extender, diversificar y redimensionar el espacio común también es una función asumida por los medios públicos. Lo que importa a pocos no es menos importante que lo que importa a muchos.
En el fundamento está el derecho humano a la comunicación, los derechos de las audiencias; más allá, insisto, de lo que genera ganancias económicas -fines de lucro-. Al privatizarse los medios de comunicación, lo que responderá a la dinámica comunicacional será, como es, aquello que impacte en el rating, excluyendo a la pluralidad, los grupos vulnerados, los grupos minoritarios, temas culturales, identitarios, porque “no venden”, importa el impacto no el contenido. Esto propicia, desafortunadamente, desigualdades sociales.
Es el Estado renunciando a responsabilidades, auspiciando intereses y no garantizando derechos.
Muchas voces latinoamericanas se han pronunciado, en lo personal y colectivo, en desacuerdo con la privatización de los medios en Argentina, que es, también por supuesto, un levantar la voz por los
propios medios públicos. A nivel latinoamericano, por ejemplo, la Organización Interamericana de Defensoras y Defensores de las Audiencias (OID) publicó un desplegado, del cual hizo eco la Asociación Mexicana de Defensorías de las Audiencias (AMDA) en nuestro país.
Solo un dato para México, en una búsqueda rápida en INEGI (DENUE,2019) hay 1,433 instituciones con el código de actividad “transmisión de programas de radio” (515110); de éstas, 28 son federales, estatales o municipales. Ahí tiene una dimensión del alcance de unas y de otras.