Una
gran metáfora que siempre decía mi abuela, (citando a mi bisabuelo) era,
“recuerda que la lengua no tiene hueso, y te la puedes morder” Y como se
reitera en la actualidad, “los dichos por algo son dichos; porque están bien
dichos” Esas dos frases deben estar siempre en nuestro imaginario, así como en
el léxico. Aplica para entorno social, laboral, y por supuesto que en el
ambiente político.
El intento de iniciar universidades e
instituciones educativas en Colima en su momento fue mal visto, pues ya existían
escuelas públicas en el estado. ¿Qué datos argumentativos tenemos? “Para qué
gastar si en la pública no se cobra mucho” “Es pura robadera de dinero” y la
mejor: “no se necesita tanto egresado”
Tras esta narrativa social se ha basado la
institución pública del estado, pero en los años dos mil, se logra el comienzo
de varias escuelas privadas, la cual dejó mucho por hablar. La generación Millennial
recordará todos los pretextos: “si egresas no tendrás trabajo porque solo
aceptan de la escuela pública” “dicen que graban todo lo que haces” “No tiene
validez” y sin fin de etcéteras.
Lo
visible ante la situación actual es que las escuelas públicas ya no tienen
abasto para miles de aspirantes que desean estudiar su bachillerato o
licenciatura. Es ahí donde entramos en discordia. En un análisis de mercado,
sabemos que, a mayor demanda, mayor oferta. Y claro, mientras más sea la
demanda, más oportunidad de valor adquisitivo se percibe, y más si eres una
oferta no tan competitiva.
Es
un desorden tóxico lucrar con la educación, y más privatizarla. Es un pecado
aberrante educar a los que sí tienen y “apoyar” con educación técnica a los que
más necesitan, pues las aspiraciones serán preocupantes. El sexenio de Vicente
Fox lo dejó muy claro: creamos un país de mano de obra barata con las escuelas
técnicas, pues el o la estudiante no lograría aspirar a un sueldo de ingeniería
o licenciatura, pero sí haría relativamente lo mismo, ganando poco. Y hoy vemos
las consecuencias.
Esa
lucha social de regresarle la educación a todas y todos no debería ser en un
sexenio de izquierda; deberá ser “para siempre y por siempre” En el 2018, se
nos impulsó el programa “Jóvenes Escribiendo el Futuro” el cual apoya a
estudiantes para finalizar su licenciatura, y se modificó la beca “Benito
Juárez” (antes PROSPERA) la cual se le da un sustento económico a todo aquella
o aquel interesado en terminar su bachillerato. Es ahí donde nuevamente hago la
misma pregunta en los análisis políticos: ¿Es la solución al problema?
Es
un apoyo el dotar de un sustento económico, pero la problemática es darles
acceso educativo a todas y todos, ¿cómo se solucionará? Hasta el momento,
MORENA ha inaugurado dos universidades, las cuales ofrecen licenciaturas que
son muy poco llamativas para la sociedad. En términos coloquiales, y siguiendo
el fraseo de esta columna, “casi le atinaban”
Efectivamente,
se deben inaugurar más universidades y bachilleratos con enfoque social, pero
se deben basar en número. No son aspirantes a estudios de acuacultura y
piscicultura; son médicas, médicos, abogados; y peor aún, interesadas e
interesados en licenciaturas que hasta el momento no se han logrado iniciar,
como lo son odontología, entre otras.
Solo
uno, en todo el estado, ha logrado atender esa realidad. El Partido del Trabajo,
logró la gestión de la Universidad José Martí, la cual cubrió una fuerte demanda:
más médicos, médicss, y una licenciatura solicitada y necesaria en el estado:
fisioterapia. La lucha de esta universidad fue degradante. Frases como “para
qué más médicos si ya hay muchos” “Ya no caben en los hospitales” y gracias a
la pandemia, los datos fueron más que evidentes. El ex presidente Andrés Manuel
López Obrador lo mencionó en su mañanera: “Se necesitan alrededor de 200 mil
médicas y médicos para atender los temas de salud de manera favorable”
Con
las manos cruzadas y bocas chuecas, se le otorgó a la Universidad José Martí el
Reconocimiento de Validez Oficial para la licenciatura en medicina. Este año,
se graduó la segunda generación, después de 8 años de iniciada esta carrera,
hoy se entregaron egresadas y egresados de medicina con desempeño favorable,
según datos de CENEVAL. Ahora su lucha es iniciar la licenciatura en
odontología, la cual amenazan con iniciar pronto.
Actualmente
el Partido del Trabajo en Colima ha sido gestor de programas educativos, con el
Centro de Desarrollo Infantil “Tierra y Libertad” el cual ha sido un modelo
reconocido a nivel mundial, y la Universidad José Martí, la cual impulsa
licenciaturas necesarias y únicas en el estado. Gracias a ello, el PT ha puesto
a la educación en el centro de la discusión pública. Y vaya que es un tema
discutible.
El
ejemplo es claro, pero difícil de entender. Como el Partido del Trabajo, siendo
un partido el cual no ha sido gobierno, logró solucionar parte de un problema
social de alta demanda, aunque no del todo, pues realmente hay mucho por hacer,
¿pero por qué otros partidos nunca lo gestionaron? ¿No era visible la
problemática, o simplemente porque no daba votos no lo hacían?
Cada
partido político tiene en sus documentos básicos su filosofía y la razón de
lucha por la adquisición del poder, la cual, si se lee, todas suenan
prometedoras. La situación de análisis es, ¿verdaderamente luchan por
ello?
Una
gran metáfora que siempre decía mi abuela, (citando a mi bisabuelo) era,
“recuerda que la lengua no tiene hueso, y te la puedes morder” Y como se
reitera en la actualidad, “los dichos por algo son dichos; porque están bien
dichos” Esas dos frases deben estar siempre en nuestro imaginario, así como en
el léxico. Aplica para entorno social, laboral, y por supuesto que en el
ambiente político.
El intento de iniciar universidades e
instituciones educativas en Colima en su momento fue mal visto, pues ya existían
escuelas públicas en el estado. ¿Qué datos argumentativos tenemos? “Para qué
gastar si en la pública no se cobra mucho” “Es pura robadera de dinero” y la
mejor: “no se necesita tanto egresado”
Tras esta narrativa social se ha basado la
institución pública del estado, pero en los años dos mil, se logra el comienzo
de varias escuelas privadas, la cual dejó mucho por hablar. La generación Millennial
recordará todos los pretextos: “si egresas no tendrás trabajo porque solo
aceptan de la escuela pública” “dicen que graban todo lo que haces” “No tiene
validez” y sin fin de etcéteras.
Lo
visible ante la situación actual es que las escuelas públicas ya no tienen
abasto para miles de aspirantes que desean estudiar su bachillerato o
licenciatura. Es ahí donde entramos en discordia. En un análisis de mercado,
sabemos que, a mayor demanda, mayor oferta. Y claro, mientras más sea la
demanda, más oportunidad de valor adquisitivo se percibe, y más si eres una
oferta no tan competitiva.
Es
un desorden tóxico lucrar con la educación, y más privatizarla. Es un pecado
aberrante educar a los que sí tienen y “apoyar” con educación técnica a los que
más necesitan, pues las aspiraciones serán preocupantes. El sexenio de Vicente
Fox lo dejó muy claro: creamos un país de mano de obra barata con las escuelas
técnicas, pues el o la estudiante no lograría aspirar a un sueldo de ingeniería
o licenciatura, pero sí haría relativamente lo mismo, ganando poco. Y hoy vemos
las consecuencias.
Esa
lucha social de regresarle la educación a todas y todos no debería ser en un
sexenio de izquierda; deberá ser “para siempre y por siempre” En el 2018, se
nos impulsó el programa “Jóvenes Escribiendo el Futuro” el cual apoya a
estudiantes para finalizar su licenciatura, y se modificó la beca “Benito
Juárez” (antes PROSPERA) la cual se le da un sustento económico a todo aquella
o aquel interesado en terminar su bachillerato. Es ahí donde nuevamente hago la
misma pregunta en los análisis políticos: ¿Es la solución al problema?
Es
un apoyo el dotar de un sustento económico, pero la problemática es darles
acceso educativo a todas y todos, ¿cómo se solucionará? Hasta el momento,
MORENA ha inaugurado dos universidades, las cuales ofrecen licenciaturas que
son muy poco llamativas para la sociedad. En términos coloquiales, y siguiendo
el fraseo de esta columna, “casi le atinaban”
Efectivamente,
se deben inaugurar más universidades y bachilleratos con enfoque social, pero
se deben basar en número. No son aspirantes a estudios de acuacultura y
piscicultura; son médicas, médicos, abogados; y peor aún, interesadas e
interesados en licenciaturas que hasta el momento no se han logrado iniciar,
como lo son odontología, entre otras.
Solo
uno, en todo el estado, ha logrado atender esa realidad. El Partido del Trabajo,
logró la gestión de la Universidad José Martí, la cual cubrió una fuerte demanda:
más médicos, médicss, y una licenciatura solicitada y necesaria en el estado:
fisioterapia. La lucha de esta universidad fue degradante. Frases como “para
qué más médicos si ya hay muchos” “Ya no caben en los hospitales” y gracias a
la pandemia, los datos fueron más que evidentes. El ex presidente Andrés Manuel
López Obrador lo mencionó en su mañanera: “Se necesitan alrededor de 200 mil
médicas y médicos para atender los temas de salud de manera favorable”
Con
las manos cruzadas y bocas chuecas, se le otorgó a la Universidad José Martí el
Reconocimiento de Validez Oficial para la licenciatura en medicina. Este año,
se graduó la segunda generación, después de 8 años de iniciada esta carrera,
hoy se entregaron egresadas y egresados de medicina con desempeño favorable,
según datos de CENEVAL. Ahora su lucha es iniciar la licenciatura en
odontología, la cual amenazan con iniciar pronto.
Actualmente
el Partido del Trabajo en Colima ha sido gestor de programas educativos, con el
Centro de Desarrollo Infantil “Tierra y Libertad” el cual ha sido un modelo
reconocido a nivel mundial, y la Universidad José Martí, la cual impulsa
licenciaturas necesarias y únicas en el estado. Gracias a ello, el PT ha puesto
a la educación en el centro de la discusión pública. Y vaya que es un tema
discutible.
El
ejemplo es claro, pero difícil de entender. Como el Partido del Trabajo, siendo
un partido el cual no ha sido gobierno, logró solucionar parte de un problema
social de alta demanda, aunque no del todo, pues realmente hay mucho por hacer,
¿pero por qué otros partidos nunca lo gestionaron? ¿No era visible la
problemática, o simplemente porque no daba votos no lo hacían?
Cada
partido político tiene en sus documentos básicos su filosofía y la razón de
lucha por la adquisición del poder, la cual, si se lee, todas suenan
prometedoras. La situación de análisis es, ¿verdaderamente luchan por
ello?
La lengua no tiene hueso, y en política menos
22 de Noviembre del 2024
Una
gran metáfora que siempre decía mi abuela, (citando a mi bisabuelo) era,
“recuerda que la lengua no tiene hueso, y te la puedes morder” Y como se
reitera en la actualidad, “los dichos por algo son dichos; porque están bien
dichos” Esas dos frases deben estar siempre en nuestro imaginario, así como en
el léxico. Aplica para entorno social, laboral, y por supuesto que en el
ambiente político.
El intento de iniciar universidades e
instituciones educativas en Colima en su momento fue mal visto, pues ya existían
escuelas públicas en el estado. ¿Qué datos argumentativos tenemos? “Para qué
gastar si en la pública no se cobra mucho” “Es pura robadera de dinero” y la
mejor: “no se necesita tanto egresado”
Tras esta narrativa social se ha basado la
institución pública del estado, pero en los años dos mil, se logra el comienzo
de varias escuelas privadas, la cual dejó mucho por hablar. La generación Millennial
recordará todos los pretextos: “si egresas no tendrás trabajo porque solo
aceptan de la escuela pública” “dicen que graban todo lo que haces” “No tiene
validez” y sin fin de etcéteras.
Lo
visible ante la situación actual es que las escuelas públicas ya no tienen
abasto para miles de aspirantes que desean estudiar su bachillerato o
licenciatura. Es ahí donde entramos en discordia. En un análisis de mercado,
sabemos que, a mayor demanda, mayor oferta. Y claro, mientras más sea la
demanda, más oportunidad de valor adquisitivo se percibe, y más si eres una
oferta no tan competitiva.
Es
un desorden tóxico lucrar con la educación, y más privatizarla. Es un pecado
aberrante educar a los que sí tienen y “apoyar” con educación técnica a los que
más necesitan, pues las aspiraciones serán preocupantes. El sexenio de Vicente
Fox lo dejó muy claro: creamos un país de mano de obra barata con las escuelas
técnicas, pues el o la estudiante no lograría aspirar a un sueldo de ingeniería
o licenciatura, pero sí haría relativamente lo mismo, ganando poco. Y hoy vemos
las consecuencias.
Esa
lucha social de regresarle la educación a todas y todos no debería ser en un
sexenio de izquierda; deberá ser “para siempre y por siempre” En el 2018, se
nos impulsó el programa “Jóvenes Escribiendo el Futuro” el cual apoya a
estudiantes para finalizar su licenciatura, y se modificó la beca “Benito
Juárez” (antes PROSPERA) la cual se le da un sustento económico a todo aquella
o aquel interesado en terminar su bachillerato. Es ahí donde nuevamente hago la
misma pregunta en los análisis políticos: ¿Es la solución al problema?
Es
un apoyo el dotar de un sustento económico, pero la problemática es darles
acceso educativo a todas y todos, ¿cómo se solucionará? Hasta el momento,
MORENA ha inaugurado dos universidades, las cuales ofrecen licenciaturas que
son muy poco llamativas para la sociedad. En términos coloquiales, y siguiendo
el fraseo de esta columna, “casi le atinaban”
Efectivamente,
se deben inaugurar más universidades y bachilleratos con enfoque social, pero
se deben basar en número. No son aspirantes a estudios de acuacultura y
piscicultura; son médicas, médicos, abogados; y peor aún, interesadas e
interesados en licenciaturas que hasta el momento no se han logrado iniciar,
como lo son odontología, entre otras.
Solo
uno, en todo el estado, ha logrado atender esa realidad. El Partido del Trabajo,
logró la gestión de la Universidad José Martí, la cual cubrió una fuerte demanda:
más médicos, médicss, y una licenciatura solicitada y necesaria en el estado:
fisioterapia. La lucha de esta universidad fue degradante. Frases como “para
qué más médicos si ya hay muchos” “Ya no caben en los hospitales” y gracias a
la pandemia, los datos fueron más que evidentes. El ex presidente Andrés Manuel
López Obrador lo mencionó en su mañanera: “Se necesitan alrededor de 200 mil
médicas y médicos para atender los temas de salud de manera favorable”
Con
las manos cruzadas y bocas chuecas, se le otorgó a la Universidad José Martí el
Reconocimiento de Validez Oficial para la licenciatura en medicina. Este año,
se graduó la segunda generación, después de 8 años de iniciada esta carrera,
hoy se entregaron egresadas y egresados de medicina con desempeño favorable,
según datos de CENEVAL. Ahora su lucha es iniciar la licenciatura en
odontología, la cual amenazan con iniciar pronto.
Actualmente
el Partido del Trabajo en Colima ha sido gestor de programas educativos, con el
Centro de Desarrollo Infantil “Tierra y Libertad” el cual ha sido un modelo
reconocido a nivel mundial, y la Universidad José Martí, la cual impulsa
licenciaturas necesarias y únicas en el estado. Gracias a ello, el PT ha puesto
a la educación en el centro de la discusión pública. Y vaya que es un tema
discutible.
El
ejemplo es claro, pero difícil de entender. Como el Partido del Trabajo, siendo
un partido el cual no ha sido gobierno, logró solucionar parte de un problema
social de alta demanda, aunque no del todo, pues realmente hay mucho por hacer,
¿pero por qué otros partidos nunca lo gestionaron? ¿No era visible la
problemática, o simplemente porque no daba votos no lo hacían?
Cada
partido político tiene en sus documentos básicos su filosofía y la razón de
lucha por la adquisición del poder, la cual, si se lee, todas suenan
prometedoras. La situación de análisis es, ¿verdaderamente luchan por
ello?