Consecuente
a los hechos delictivos, criminales y evidentes actos de corrupción en varias
instituciones gubernamentales, por fin se rindió el tercer informe de la
mandataria estatal. En política, es un evento muy esperado, y más para los
partidos políticos opositores. No es por el momento del debate y soluciones a
las problemáticas del estado; es para gritarse verdades y casi a golpes, como
niñas y niños en el recreo escolar de una primaria, o a la salida de cualquier
estudiantado de nivel secundaria. No dejo de pensar en cierto candidato
presidencial del 2018, Ricardo Anaya, (hoy senador de la república por el PAN)
que su spot fue golpear una pera de box, dando un contexto de que va a “luchar”
como representante popular.
Lastimosamente, muchas políticas y políticos
consideran que la sociedad busca representantes que atribuyan estas acciones en
el congreso, “peleando” por los derechos y necesidades de todas y todos. Es ahí
la importancia de la carga semántica y semiótica del verbo. Pelear no se adjudica
a la definición de contender o reñir. Dentro de la situación actual, conforme a
lo mencionado en votantes del proceso electoral del 2024, principalmente del
estado de Colima, su motivo del sufragio fue que buscaban representantes que sí
los escucharan, dieran soluciones, beneficios, y, sobre todo, no eliminar los
que ya se tienen, como son los programas sociales.
Esa fue la derrota del PRI, PAN y PRD, (que
en paz descanse) Hoy, a unos cuantos meses de la máxima derrota electoral en la
historia de los partidos ahora opositores, siguen en la misma narrativa. Su
esperanza léxica es que “representan bien a una minoría” que efectivamente lo
son, puesto que los cargos plurinominales para ello se crearon. Si su visión es
permanecer en estos puestos y sobrevivir con el registro, van muy bien, pero si
su intención es retomar el poder, van muy mal.
Una carga léxica que tuvo Andrés Manuel López
Obrador para conseguir el poder del ejecutivo federal, fue evidenciar problemas
y dar soluciones. Esto es una gran máxima en el márketing: mostrar el producto
y beneficios. Recordemos los spots televisivos del 2015 al 2018, donde mostraba
la corrupción del PRI y el PAN, pero siempre argumentando “en mi gobierno,
haremos tal cosa” Como lo escribo: siempre dio soluciones. Esa es la narrativa
que debe atender la oposición.
Este lunes, 25 de noviembre, tras el tercer
informe de gobierno, tuvieron su momento de gloria, y lo único que hicieron fue
gritar y quejarse; nunca dieron alguna solución. Jamás le hablaron al pueblo de
Colima. Siempre argumentos negativos. En un análisis, la carga de su mensaje
fue que no hay esperanza, pues no hay soluciones.
Vergonzoso es que un diputado naranja suba a
tribuna a “gritarle al poder” pero sin datos; su justificación está basada en
algo que posiblemente vio en alguna publicación de Facebook o un mensaje
reenviado muchas veces por WhatsApp. El coordinador de la bancada del PRI sube
a limpiarse las manos de que ya dejen de echarle la culpa al PRI, y escuchen al
PRI sobre cómo arreglar los problemas que el PRI heredó, pues el PRI sabe
gobernar.
Sí, nuevamente fueron el hazmerreír en
política. ¿Dónde está lo interesante? En las respuestas. Nuestra mandataria,
arropada de “servidores de la gobernación” (lo escribo así porque ya no parecen
de la nación) salió a desmentir con la narrativa que se arrastra desde el 2018:
“Sí, pero ustedes robaron más” Es un hecho personal, si existe algún reclamo,
se debe tener mesura y ser propositivo. En el caso de la situación de salud, si
bien es cierto que los datos del diputado naranja no eran correctos, tampoco
son favorables para la gobernación. En un discurso ético y acertado, la
respuesta más factible debió ser “reconocemos que no hemos solucionado el
problema en su totalidad, pero recuperamos números favorables” Así, sin riñas,
tirones o humillaciones.
El Coordinador del Partido Revolucionario
Institucional, un fuerte partido de hechos machistas, mostró molestias de la
situación de feminicidios y violencia hacia la mujer. La respuesta fue
efectivamente la que usted y yo nos imaginamos: “no me vengas a hablar de ello,
porque ustedes siempre fueron machistas y opresores” y hasta le recordó un
suceso muy agresivo entre el diputado y la mandataria. Y si bien es cierto, no
deja de lado que sus datos son reales. Groso modo, la respuesta de la
mandataria no dio soluciones ni decremento ante los números de actos violentos.
Nuevamente un par de legisladores diciéndose las cosas al tú por tú, y
grilleros de fondo echando porras.
Esa es la política de Colima del 2021 para
adelante. Nos muestran números que no son exactos. Nos dan palabras y no
hechos. Nos tapan los ojos con vendas tintas publicitarias para evitar ver la
cantidad de homicidios y actos criminales que suceden cada día.
Hoy, a tres años de gobierno esperanzador,
sucesor del denominado “el peor gobierno que ha tenido el estado” con el
mandatario Ignacio Peralta, imaginando que no podría pasar algo peor, llegó lo
inesperado a Colima: crímenes a cualquier hora, cobro de piso a negocios
locales, aumento de los secuestros y lo peor: descubrimos que tenemos un cártel
meramente del estado. Sí tenía razón el anterior gobernador: al parecer, sí
vivíamos más felices y seguros.
A estas fechas, ya es necesario modificar la
narrativa, puesto que viene la elección más importante en el estado, ya que se
definirá el siguiente sucesor o sucesora al mandato gubernamental, a lo cual,
no debería confiarse la coalición MORENA, PT y PVEM, ya que, como lo traza la
historia, en el 2021 se ganó la gubernatura, pero varios puestos federales y
locales los recuperó el PRI y el PAN. No se confíen en los resultados que se
tuvieron en el 2024, pues, como lo escribo, la historia fue la misma. En el
2018 se ganaron muchos puestos, pero en el 2021 se perdieron, y este 2027 es
amenazante en el tema electoral.
Desde una perspectiva personal, considero que
“el truco” está ahí. Modifiquen su narrativa, den soluciones y dejen de
grillarse. Sean propositivos y resolutivos; eviten ser problemáticos y
conflictivos. Pero a como van las cosas, al parecer así será la campaña este
2027: mucho hablar, pero nunca dirán ni harán algo.
Consecuente
a los hechos delictivos, criminales y evidentes actos de corrupción en varias
instituciones gubernamentales, por fin se rindió el tercer informe de la
mandataria estatal. En política, es un evento muy esperado, y más para los
partidos políticos opositores. No es por el momento del debate y soluciones a
las problemáticas del estado; es para gritarse verdades y casi a golpes, como
niñas y niños en el recreo escolar de una primaria, o a la salida de cualquier
estudiantado de nivel secundaria. No dejo de pensar en cierto candidato
presidencial del 2018, Ricardo Anaya, (hoy senador de la república por el PAN)
que su spot fue golpear una pera de box, dando un contexto de que va a “luchar”
como representante popular.
Lastimosamente, muchas políticas y políticos
consideran que la sociedad busca representantes que atribuyan estas acciones en
el congreso, “peleando” por los derechos y necesidades de todas y todos. Es ahí
la importancia de la carga semántica y semiótica del verbo. Pelear no se adjudica
a la definición de contender o reñir. Dentro de la situación actual, conforme a
lo mencionado en votantes del proceso electoral del 2024, principalmente del
estado de Colima, su motivo del sufragio fue que buscaban representantes que sí
los escucharan, dieran soluciones, beneficios, y, sobre todo, no eliminar los
que ya se tienen, como son los programas sociales.
Esa fue la derrota del PRI, PAN y PRD, (que
en paz descanse) Hoy, a unos cuantos meses de la máxima derrota electoral en la
historia de los partidos ahora opositores, siguen en la misma narrativa. Su
esperanza léxica es que “representan bien a una minoría” que efectivamente lo
son, puesto que los cargos plurinominales para ello se crearon. Si su visión es
permanecer en estos puestos y sobrevivir con el registro, van muy bien, pero si
su intención es retomar el poder, van muy mal.
Una carga léxica que tuvo Andrés Manuel López
Obrador para conseguir el poder del ejecutivo federal, fue evidenciar problemas
y dar soluciones. Esto es una gran máxima en el márketing: mostrar el producto
y beneficios. Recordemos los spots televisivos del 2015 al 2018, donde mostraba
la corrupción del PRI y el PAN, pero siempre argumentando “en mi gobierno,
haremos tal cosa” Como lo escribo: siempre dio soluciones. Esa es la narrativa
que debe atender la oposición.
Este lunes, 25 de noviembre, tras el tercer
informe de gobierno, tuvieron su momento de gloria, y lo único que hicieron fue
gritar y quejarse; nunca dieron alguna solución. Jamás le hablaron al pueblo de
Colima. Siempre argumentos negativos. En un análisis, la carga de su mensaje
fue que no hay esperanza, pues no hay soluciones.
Vergonzoso es que un diputado naranja suba a
tribuna a “gritarle al poder” pero sin datos; su justificación está basada en
algo que posiblemente vio en alguna publicación de Facebook o un mensaje
reenviado muchas veces por WhatsApp. El coordinador de la bancada del PRI sube
a limpiarse las manos de que ya dejen de echarle la culpa al PRI, y escuchen al
PRI sobre cómo arreglar los problemas que el PRI heredó, pues el PRI sabe
gobernar.
Sí, nuevamente fueron el hazmerreír en
política. ¿Dónde está lo interesante? En las respuestas. Nuestra mandataria,
arropada de “servidores de la gobernación” (lo escribo así porque ya no parecen
de la nación) salió a desmentir con la narrativa que se arrastra desde el 2018:
“Sí, pero ustedes robaron más” Es un hecho personal, si existe algún reclamo,
se debe tener mesura y ser propositivo. En el caso de la situación de salud, si
bien es cierto que los datos del diputado naranja no eran correctos, tampoco
son favorables para la gobernación. En un discurso ético y acertado, la
respuesta más factible debió ser “reconocemos que no hemos solucionado el
problema en su totalidad, pero recuperamos números favorables” Así, sin riñas,
tirones o humillaciones.
El Coordinador del Partido Revolucionario
Institucional, un fuerte partido de hechos machistas, mostró molestias de la
situación de feminicidios y violencia hacia la mujer. La respuesta fue
efectivamente la que usted y yo nos imaginamos: “no me vengas a hablar de ello,
porque ustedes siempre fueron machistas y opresores” y hasta le recordó un
suceso muy agresivo entre el diputado y la mandataria. Y si bien es cierto, no
deja de lado que sus datos son reales. Groso modo, la respuesta de la
mandataria no dio soluciones ni decremento ante los números de actos violentos.
Nuevamente un par de legisladores diciéndose las cosas al tú por tú, y
grilleros de fondo echando porras.
Esa es la política de Colima del 2021 para
adelante. Nos muestran números que no son exactos. Nos dan palabras y no
hechos. Nos tapan los ojos con vendas tintas publicitarias para evitar ver la
cantidad de homicidios y actos criminales que suceden cada día.
Hoy, a tres años de gobierno esperanzador,
sucesor del denominado “el peor gobierno que ha tenido el estado” con el
mandatario Ignacio Peralta, imaginando que no podría pasar algo peor, llegó lo
inesperado a Colima: crímenes a cualquier hora, cobro de piso a negocios
locales, aumento de los secuestros y lo peor: descubrimos que tenemos un cártel
meramente del estado. Sí tenía razón el anterior gobernador: al parecer, sí
vivíamos más felices y seguros.
A estas fechas, ya es necesario modificar la
narrativa, puesto que viene la elección más importante en el estado, ya que se
definirá el siguiente sucesor o sucesora al mandato gubernamental, a lo cual,
no debería confiarse la coalición MORENA, PT y PVEM, ya que, como lo traza la
historia, en el 2021 se ganó la gubernatura, pero varios puestos federales y
locales los recuperó el PRI y el PAN. No se confíen en los resultados que se
tuvieron en el 2024, pues, como lo escribo, la historia fue la misma. En el
2018 se ganaron muchos puestos, pero en el 2021 se perdieron, y este 2027 es
amenazante en el tema electoral.
Desde una perspectiva personal, considero que
“el truco” está ahí. Modifiquen su narrativa, den soluciones y dejen de
grillarse. Sean propositivos y resolutivos; eviten ser problemáticos y
conflictivos. Pero a como van las cosas, al parecer así será la campaña este
2027: mucho hablar, pero nunca dirán ni harán algo.
El arte de hablar y decir nada: La estrategia al 2027.
27 de Noviembre del 2024
Consecuente
a los hechos delictivos, criminales y evidentes actos de corrupción en varias
instituciones gubernamentales, por fin se rindió el tercer informe de la
mandataria estatal. En política, es un evento muy esperado, y más para los
partidos políticos opositores. No es por el momento del debate y soluciones a
las problemáticas del estado; es para gritarse verdades y casi a golpes, como
niñas y niños en el recreo escolar de una primaria, o a la salida de cualquier
estudiantado de nivel secundaria. No dejo de pensar en cierto candidato
presidencial del 2018, Ricardo Anaya, (hoy senador de la república por el PAN)
que su spot fue golpear una pera de box, dando un contexto de que va a “luchar”
como representante popular.
Lastimosamente, muchas políticas y políticos
consideran que la sociedad busca representantes que atribuyan estas acciones en
el congreso, “peleando” por los derechos y necesidades de todas y todos. Es ahí
la importancia de la carga semántica y semiótica del verbo. Pelear no se adjudica
a la definición de contender o reñir. Dentro de la situación actual, conforme a
lo mencionado en votantes del proceso electoral del 2024, principalmente del
estado de Colima, su motivo del sufragio fue que buscaban representantes que sí
los escucharan, dieran soluciones, beneficios, y, sobre todo, no eliminar los
que ya se tienen, como son los programas sociales.
Esa fue la derrota del PRI, PAN y PRD, (que
en paz descanse) Hoy, a unos cuantos meses de la máxima derrota electoral en la
historia de los partidos ahora opositores, siguen en la misma narrativa. Su
esperanza léxica es que “representan bien a una minoría” que efectivamente lo
son, puesto que los cargos plurinominales para ello se crearon. Si su visión es
permanecer en estos puestos y sobrevivir con el registro, van muy bien, pero si
su intención es retomar el poder, van muy mal.
Una carga léxica que tuvo Andrés Manuel López
Obrador para conseguir el poder del ejecutivo federal, fue evidenciar problemas
y dar soluciones. Esto es una gran máxima en el márketing: mostrar el producto
y beneficios. Recordemos los spots televisivos del 2015 al 2018, donde mostraba
la corrupción del PRI y el PAN, pero siempre argumentando “en mi gobierno,
haremos tal cosa” Como lo escribo: siempre dio soluciones. Esa es la narrativa
que debe atender la oposición.
Este lunes, 25 de noviembre, tras el tercer
informe de gobierno, tuvieron su momento de gloria, y lo único que hicieron fue
gritar y quejarse; nunca dieron alguna solución. Jamás le hablaron al pueblo de
Colima. Siempre argumentos negativos. En un análisis, la carga de su mensaje
fue que no hay esperanza, pues no hay soluciones.
Vergonzoso es que un diputado naranja suba a
tribuna a “gritarle al poder” pero sin datos; su justificación está basada en
algo que posiblemente vio en alguna publicación de Facebook o un mensaje
reenviado muchas veces por WhatsApp. El coordinador de la bancada del PRI sube
a limpiarse las manos de que ya dejen de echarle la culpa al PRI, y escuchen al
PRI sobre cómo arreglar los problemas que el PRI heredó, pues el PRI sabe
gobernar.
Sí, nuevamente fueron el hazmerreír en
política. ¿Dónde está lo interesante? En las respuestas. Nuestra mandataria,
arropada de “servidores de la gobernación” (lo escribo así porque ya no parecen
de la nación) salió a desmentir con la narrativa que se arrastra desde el 2018:
“Sí, pero ustedes robaron más” Es un hecho personal, si existe algún reclamo,
se debe tener mesura y ser propositivo. En el caso de la situación de salud, si
bien es cierto que los datos del diputado naranja no eran correctos, tampoco
son favorables para la gobernación. En un discurso ético y acertado, la
respuesta más factible debió ser “reconocemos que no hemos solucionado el
problema en su totalidad, pero recuperamos números favorables” Así, sin riñas,
tirones o humillaciones.
El Coordinador del Partido Revolucionario
Institucional, un fuerte partido de hechos machistas, mostró molestias de la
situación de feminicidios y violencia hacia la mujer. La respuesta fue
efectivamente la que usted y yo nos imaginamos: “no me vengas a hablar de ello,
porque ustedes siempre fueron machistas y opresores” y hasta le recordó un
suceso muy agresivo entre el diputado y la mandataria. Y si bien es cierto, no
deja de lado que sus datos son reales. Groso modo, la respuesta de la
mandataria no dio soluciones ni decremento ante los números de actos violentos.
Nuevamente un par de legisladores diciéndose las cosas al tú por tú, y
grilleros de fondo echando porras.
Esa es la política de Colima del 2021 para
adelante. Nos muestran números que no son exactos. Nos dan palabras y no
hechos. Nos tapan los ojos con vendas tintas publicitarias para evitar ver la
cantidad de homicidios y actos criminales que suceden cada día.
Hoy, a tres años de gobierno esperanzador,
sucesor del denominado “el peor gobierno que ha tenido el estado” con el
mandatario Ignacio Peralta, imaginando que no podría pasar algo peor, llegó lo
inesperado a Colima: crímenes a cualquier hora, cobro de piso a negocios
locales, aumento de los secuestros y lo peor: descubrimos que tenemos un cártel
meramente del estado. Sí tenía razón el anterior gobernador: al parecer, sí
vivíamos más felices y seguros.
A estas fechas, ya es necesario modificar la
narrativa, puesto que viene la elección más importante en el estado, ya que se
definirá el siguiente sucesor o sucesora al mandato gubernamental, a lo cual,
no debería confiarse la coalición MORENA, PT y PVEM, ya que, como lo traza la
historia, en el 2021 se ganó la gubernatura, pero varios puestos federales y
locales los recuperó el PRI y el PAN. No se confíen en los resultados que se
tuvieron en el 2024, pues, como lo escribo, la historia fue la misma. En el
2018 se ganaron muchos puestos, pero en el 2021 se perdieron, y este 2027 es
amenazante en el tema electoral.
Desde una perspectiva personal, considero que
“el truco” está ahí. Modifiquen su narrativa, den soluciones y dejen de
grillarse. Sean propositivos y resolutivos; eviten ser problemáticos y
conflictivos. Pero a como van las cosas, al parecer así será la campaña este
2027: mucho hablar, pero nunca dirán ni harán algo.